dilluns, 20 de febrer del 2012

Aporrea que algo queda

Manifestaciones del 19F contra la Reforma Laboral.
Es obvio que los acontecimientos en los últimos días se han visto reflejados por un rechazo total a la reforma laboral y a la peligrosa deriva que está tomando este país y Europa entera en los últimos meses. Vemos que en Grecia y Portugal se toman medidas draconianas contra los ciudadanos para sufragar las pérdidas que hayan tenido los bancos alemanes en estos países. Lo mismo está empezando a ocurrir en España. Este expolio descarado de la banca sobre, no solo el dinero, sino también los derechos de los trabajadores y ciudadanos europeos está causando un caldo de cultivo que podría tener consecuencias de difícil predicción si no se da marcha atrás. Pero en España esta marcha atrás, con mayoría absoluta del PP, parece harto complicada. Más aún si desde el PSOE se da carta blanca (o casi) a estas políticas. Hablando de otro modo, si Rubalcaba cree que va a dirigir este país haciendo una oposición suave, es que no se entera de la misa la mitad. En tiempos convulsos la gente sigue a gente con empuje, a líderes carismáticos o a gente con ideas. No es el caso de Rubalcaba, claramente, en ninguna de los tres casos. Chacón tampoco es especialmente carismática ni es conocida por sus profundas convicciones ideológicas, pero al menos tiene empuje, que es algo que la ciudadanía y el Partido Socialista necesitan. 

La actuación policial en el IES Lluís Vives. 
En todo caso, si desde la propia izquierda se critica a quienes salen a protestar por nuestros derechos, mal vamos. El otro día tuve la oportunidad de discutir vía Twitter con Carmen del Riego. Es una experimentada y reputada periodista de La Vanguardia, que en la actualidad está haciendo también un gran trabajo al frente de la Asociación de la Prensa de Madrid, pero que ha tenido una especial aversión por el 15M desde hace meses. El pasado viernes 17 de febrero, Del Riego tuvo en mi opinión una actuación como poco sorprendente hablando en el último tramo de Hora 25 de la Cadena SER sobre el IES Lluís Vives de Valencia. En esta caso, daba prácticamente por hecho que la policía había actuado con total normalidad (cargando y propinando porrazos a simples estudiantes adolescentes que se quejaban porque se congelaban en sus clases sin calefacción) y criminalizando veladamente a dichos estudiantes. No me lo invento, aquí tenéis el audio (este tramo de discusión se encuentra a partir del minuto 20 aproximadamente). El hecho me enfadó bastante, porque me pareció vergonzoso que disculpara tales agresiones policiales (que se han repetido hoy mismo) a unos adolescentes que desarmados que lo único que hacían era protestar porque pasaban frío. Eso sí, justificó su comentario afirmando que su falta de información no le permitía un "pronunciamiento rotundo" que posteriormente sí realizó indirectamente con las mencionadas acusaciones veladas sobre los estudiantes. 

Viñeta de J.R. Mora sobre la violencia policial.
La poca repercusión de los hechos en los medios tradicionales no me causa ya ningún enfado, porque acostumbrados estamos, pero cansa un poco este silencio que podríamos calificar de "colaboracionista" con quienes golpean a adolescentes. No me sorprenden tampoco portadas como la de un periódico de tirada nacional como "La Razón", que se califica a sí mismo cada día con sus primeras páginas (la de hoy, sin duda, vergonzosa y digna del ex director de gabinete de Rajoy). En la foto, tres sindicalistas, uno retirado y, a pesar de lo que dice el pie de foto, ninguno de ellos liberado sindical. No me sorprende una mentira viniendo de parte de La Razón, pero oigan ¡al menos no las pongan en portada! Todo ello me lleva a reflexionar que se ha dado carta blanca a la violencia policial, no solo desde los estamentos públicos, sino también desde muchos medios de comunicación que no informan o que informan poco o que informan y dan opiniones legítimas, pero completamente en contra de los manifestantes. Los políticos ordenan a la policía golpear y ellos golpean duro, porque si, como decía hoy Santiago Carrillo en este artículo de El País, golpeas duro al principio, luego el pueblo va a tener miedo de seguir protestando. Es la clásica política del "Aporrea que algo queda", ya que el miedo es como el frío, que va calando poco a poco y luego cuesta mucho quitarlo. Probablemente muchos padres y madres tengan miedo por sus hijos, quienes pueden ser víctimas de la medicina policial de porras y gases lacrimógenos (como esta chica golpeada en la cabeza cuando estaba en el suelo), y les pedirán que no salgan a protestar. Yo lo haría, si fuera padre, probablemente. Y lo haría como consecuencia del miedo represor, preventivo, que están intentando aplicar hoy en día, de nuevo, para evitar manifestaciones posteriores. 

Afortunadamente, estos son otros tiempos, en los que las redes sociales consiguen que la sociedad se mueva, mucho más que los sindicatos, quienes se han anquilosado tanto como los partidos políticos y quienes se atribuyen el mérito de las manifestaciones de ayer, cuando es la gente quien se ha movilizado, exigiendo un país más justo. 

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