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dimarts, 22 de setembre del 2020

El "Madrid es España"

Estas declaraciones de Ayuso (que podéis ver aquí) demuestran una forma de pensar lamentable que es en parte la culpable de que estemos en una situación como la actual en España con el #Covid19.

Básicamente está diciendo, "Madrid no se cierra porque Madrid es el centro de todo, y el resto sois menos que nosotros. Y si os infectáis porque los madrileños deciden viajar, os jodéis, porque para eso (nosotros, Madrid) somos España".

Más allá que lo que se cierra en Madrid son los barrios más pobres, pero zonas más ricas con también altas ratios de infección no se han cerrado. Más allá que las medidas por Ayuso sean no sólo insuficientes, sino totalmente inefectivas, porque todo continúa exactamente igual. La gente va al trabajo o a la escuela, pero no puede ir al parque.

Más allá de que sigue con su estrategia del avestruz sin solucionar el problema y se limita a culpar al Gobierno en lugar de comenzar a tomar medidas. Más allá de que mintió descaradamente diciendo que no había médicos suficientes. Los hay, miles de ellos que no pueden trabajar porque no se convocan las plazas, no porque no haya universidades de Medicina suficientes.

Porque este tipo de mentalidad, la de Madrid es el centro del universo, ha llevado no sólo a la Comunidad de Madrid, sino a todo el país, a una situación gravísima de una pandemia contagiosa y mortal, que a determinadas élites importa muy poco, a pesar de que también puede afectarles directamente.

Eso sumado a que el Gobierno en marzo tomó decisiones tardías, a que Madrid tardó 6 meses a hacer lo mismo que otras CCAA llevaban meses haciendo y a que NINGÚN GRAN MEDIO DE COMUNICACIÓN DIJERA NADA DURANTE MESES sobre la situación del Covid 19 en Madrid, nos ha llevado a donde estamos ahora mismo. Gran trabajo, amiguis.


divendres, 18 d’octubre del 2019

Impearmibilidad mediàtica

Es absurdo creer que no estamos influidos por los medios. Dos años consecutivos de campaña mediática ininterrumpida emitiendo la culpabilidad de políticos y activistas es imposible que no tenga una influencia y repercusión, incluso en la gente más inteligente de este país. Dos años ininterrumpidos de declaraciones de políticos y ministros de cualquier color pueden hacerte llegar a creer que permitir un debate en un parlamento y convocar manifestaciones es un delito que hace 49 años que fue eliminado en Alemania: sedición. La razón para acusar de rebelión y sedición es clara: estos delitos incluyen pena de cárcel y la desobediencia, que es lo que aplicaría, no.
Puede que la condena de entre 9 y 13 años apolíticos catalanes te parezca normal. O ajustada a derecho. O justa. O incluso puedes llegar a pensar que se lo merecen. Pero quizá deberíamos preguntarnos porqué. ¿Por qué creemos que una condena de 13 años es normal?
Cuando a los independentistas nos dicen con tono paternalista que nos ha engañado TV3 y los políticos catalanes, igual deberíamos reflexionar todos si somos realmente inmunes a los medios que leemos, vemos y escuchamos y a los políticos que aparecen en ellos. Es bastante probable que no.
Ahora, para que no se hable de la sentencia, el mantra es "Catalunya es peligrosa". No es nuevo en absoluto, pero bastan 4 fuegos de encapuchados para declarar con el megáfono el movimiento independentista es violento. Como siempre, el detalle concreto no hace el todo.
Reflexionemos, porque posiblemente no seamos tan impermeables como creemos. Reflexionemos, porque la razón en tiempos de pasión es muy necesaria.

dilluns, 18 de juny del 2018

La Manada mediàtica

He leído que varias televisiones y medios están planeando entrevistar a los miembros de #LaManada. Me plantea algunas reflexiones:
Si el periodismo de este país no es capaz de darse cuenta que dar voz al abogado de la púrria violadora de #LaManada NO APORTA NADA SANO a esta sociedad, es que estamos peor de lo que creía.
Porque aparte de morbo y audiencia, entrevistar a sus abogados y a los propios condenados por violar a una chica en San Fermines'17 no hace más que perpetuar el daño que ya han hecho. Las ganas de vomitar que me da últimamente parte del periodismo estatal no tienen parangón.
Hace muchos años que estoy decepcionado con una profesión que he amado como pocas cosas en esta vida. Con los medios de comunicación en concreto y con unos profesionales divididos que no son capaces de unirse en un estamento que les dé voz de forma unitaria sean de derechas o izquierda.
La división interna, la precariedad laboral (sí, sé que no es la única profesión precaria en España) y la subordinación al sistema, en lugar de ejercer con una actitud de ponerlo en cuestión, son los grandes males del periodismo del país.
Pq el problema no son ni las redes sociales, ni Internet, ni los móviles, ni los milenials, ni el activismo. Eso son consecuencias de la natural transformación de una sociedad que cambia cada vez más rápido. El problema es el inmovilismo de una profesión que debe ser dinámica.
Para no desentonar con el sistema o enfadar a los partidos, el periodismo se ha vuelto en el altavoz, en lugar de ser la voz cuestionadora de quienes nos han dirigido, mentido y robado mil y una veces. En definitiva, somos lacayos y aceptamos las migajas que nos dan.
Y es obvio que sí hay determinados medios y muchísimos periodistas que no se han vendido y tratan de hacer un periodismo digno. Pero es que el % respecto al resto es tan pequeño.... Y se les da tan poca voz, que es descorazonador.
Hace años que barrunto entre escribir o no un libro sobre el periodismo en España. Siempre me he decantado por no hacerlo pq A) nadie va a dar bola desde los medios a un libro que los critica duramente y B) publicar un libro es un acto de fe en una población apenas que lee.
Sea como fuere, es necesario que el periodismo se una, levante la voz y exija a los dueños de los medios un tratamiento digno y una independencia de los partidos políticos que en muchas ocasiones no se da, por razones económicas. Que se lo pregunten al grupo Prisa.
Y sobre todo, el periodismo debería abstenerse de dar voz a quienes violan a una mujer, porque lo que tengan que decir ya ha sido dicho muchas veces en el juicio y en los medios, y sobre todo porque sus testimonios no van a aportar ningún bien a la víctima, ni a las pasadas o futuras víctimas de las que estos condenados por violación hayan abusado.
Tener un micrófono, una cámara un ordenador, un móvil o un bloc de notas es una responsabilidad que como periodistas debemos asimilar y ejercer. Otra es defender nuestro trabajo, por encima del medio en el que estamos o del jefe que nos ordene entrevistarles.
El equilibrio entre hacer lo que uno debe publicar o ser despedido es dificilísimo, a veces imposible. Pero si no somos conscientes de la importancia que tiene, quizá sea mejor dejar la profesión, como algunos con mucha tristeza hemos hecho.