dissabte, 26 de març del 2022

Vendidos al capital

La vida ha derivado en los últimos 15 años en una suerte crisis, momentos históricos, pandemias y guerras que han desmontado por completo tanto el Estado del bienestar como la clase media. Dicen los milenials que están ya hartos de momentos históricos, sucesos imprevisibles y cambios climáticos que devastarán el planeta cuando ellos lleguen a los 40. Entre la rabia juvenil contra los destructores del planeta y el pasotismo de las clases dirigentes, que retrasan década tras década el tomar medidas para disminuir las emisiones de carbono, es obvio que hay un término medio, pero también lo es que ese termino medio ni resolverá el problema ni evitará el cataclismo climático que se nos viene encima, según los científicos.

Por otro lado, nos encontramos una socialdemocracia no descafeinada sino vendida al capital, que prefieren defender a las eléctricas que a los ciudadanos. No es un caso en absoluto nuevo, en España llevamos décadas viviéndolo, siendo el penúltimo ejemplo el aumento descabellado del precio de la luz des de la reforma del verano pasado de los tramos eléctricos. El gobierno supuestamente más progresista de la historia (probablemente la mayor mentira que se ha contado en España desde el “Fue ETA” de Aznar y el Mundo sobre el 11-M), no sólo no va a hacer absolutamente nada por solucionar este tema sino que es cómplice de él y JAMÁS, repito, JAMÁS, va a proponer un cambio legislativo del mercado eléctrico para evitar que las tres eléctricas se enriquezcan mientras el resto de trabajadores, pymes e incluso algunas grandes empresas se vayan a pique por este asunto.

Antes mencionaba el penúltimo, pero el último ejemplo de que el gobierno está vendido al capital es el aumento, de nuevo, del precio de los carburantes, y la consecuente huelga de transportistas, que afecta no sólo a estos trabajadores sino a todo el país. Pedro Sánchez ha comentido un error garrafal al menospreciar este problema, igual que a Rubalcaba (porque Zapatero en esa época ya ni controlaba su partido) le estalló el 15-M en la cara y dio alas al PP de Rajoy. Que se cuide mucho Sánchez de cometer este tipo de errores, y que los corrija con celeridad, porque Feijóo no es Casado, a pesar de que suelte salvajadas estilo VOX como que matar a los hijos de tu pareja no es violencia de género.

Hasta ahora el “Manual de supervivencia” que le ha servido hasta hoy puede necesitar una actualización en una situación inesperada de Guerra en Ucrania, revuelta de transportistas y un jefe nuevo de la oposición. El final de la carrera del actual presidente puede estar cerca si menosprecia a los problemas de la ciudadanía.

dimarts, 15 de març del 2022

Guerra en blanco o negro

La guerra en Ucrania nos lleva a reflexionar sobre los medios de comunicación, sobre la información, sobre el sesgo claro que se está produciendo, sobre el relato que claramente ha ganado el presidente ucranio y sobre las imágenes que vemos en redes o las que vemos en medios de comunicación. Hablando con ello con mi mejor amigo (que en ocasiones me saca absolutamente de quicio, pero por algo es mi mejor amigo), analizábamos esta semana el tratamiento mediático de los medios de esta guerra. Aunque él no esté de acuerdo, como dice el mantra periodístico, “en una guerra la primera víctima es la información”. Realmente la frase original es “la primera víctima es la verdad”, pero siendo el de Verdad un concepto tan debatible y subjetivo, es mejor analizarlo desde un punto de vista informativo.

Desde un inicio, desde antes incluso del infame ataque de Rusia a Ucrania, el sesgo informativo ha sido claro. A favor de Ucrania y en contra de Rusia. Viendo lo ocurrido, analizando los hechos, tiene toda la lógica del mundo, no es en absoluto difícil de entender, pero no podemos olvidar que por el camino se pierden los matices. El gris se pierde claramente en una guerra, porque estás con unos o estás con otros. Poco importa que el presidente de Ucrania fuese un personaje muy poco querido y valorado o incluso considerado como corrupto por sus conciudadanos hace 4 meses, porque ahora es un héroe. Claramente ha ganado el relato. Un conflicto siempre es generador de discursos binarios. A contra B, Buenos contra Malos, hombres contra monstruos. Por mucho que tenga toda la lógica del mundo, aterroriza un poco comprobar cómo todo el mundo ve las cosas en blanco o negro.

Un ejemplo de ello es que este conflicto iniciado por Vladimir Putin también está afectando a muchos ciudadanos rusos, dentro y fuera de su país, que no necesariamente están a favor de la invasión de Ucrania. Fuera del país, siendo objetivo de críticas que no forzosamente merecen, bulling en las escuelas u otras consecuencias que son en muchas formas injustas, porque sufren un castigo por el simple hecho de ser de un país en concreto. Por ejemplo, ¿hasta qué punto es legítimo censurar a los deportistas rusos a participar en certámenes y torneos por el hecho de ser del mismo país que Vladimir Putin? ¿En qué ayuda eso a detener a la guerra?

Otros, se ven forzados a decir si están a favor o en contra del conflicto. ¿Desde cuando una persona debe verse obligada a expresar sus opiniones políticas, religiosas o del tipo que sea, en público, para no sufrir consecuencias? ¿Qué tipo de chantaje es ese? Aunque uno desprecie este ataque ruso a Ucrania, ¿Quiénes somos nosotros para obligar a los rusos a expresarse públicamente al respecto? ¿Quién es occidente, que ha saqueado, aniquilado y bombardeado países con excusas baratas para apropiarse del petróleo de varios países, para obligar a nadie a decir de qué lado está?

Por otro lado, dentro de su país, la disidencia ha sido duramente reprimida y son por lo menos 6.000 los manifestantes detenidos por el régimen de Putin, quien no sólo se contenta con silenciar a sus ciudadanos, sino que también ha cerrado medios de comunicación contrarios al régimen y ha aprobado una ley que prohíbe a dar mensajes periodísticos distintos a los que ensalza su gobierno, con posibles penas de prisión de al menos 10 años para quienes osen dar un discurso distinto. De nuevo, es "con nosotros o contra nosotros". Es decir, ha matado la libertad de información. Es decir, Rusia se ha convertido oficialmente en una dictadura. Y de eso, las primeras víctimas son los rusos. 

Y lo paradójico de este artículo es que la situación nos ha llevado a que yo tenga que escribir lo obvio, es decir que, aunque alguien pueda creer lo contrario, me repugna lo que está haciendo Rusia en Ucrania. Las ciudades que está atacando el ejército ruso, la cantidad ingente de víctimas y de refugiados que ha provocado esta invasión. Es la prueba de que esta, como todas, es una guerra en blanco o negro.