La vida ha derivado en los últimos 15 años en una suerte crisis, momentos históricos, pandemias y guerras que han desmontado por completo tanto el Estado del bienestar como la clase media. Dicen los milenials que están ya hartos de momentos históricos, sucesos imprevisibles y cambios climáticos que devastarán el planeta cuando ellos lleguen a los 40. Entre la rabia juvenil contra los destructores del planeta y el pasotismo de las clases dirigentes, que retrasan década tras década el tomar medidas para disminuir las emisiones de carbono, es obvio que hay un término medio, pero también lo es que ese termino medio ni resolverá el problema ni evitará el cataclismo climático que se nos viene encima, según los científicos.
Por otro lado, nos encontramos una socialdemocracia no
descafeinada sino vendida al capital, que prefieren defender a las eléctricas
que a los ciudadanos. No es un caso en absoluto nuevo, en España llevamos
décadas viviéndolo, siendo el penúltimo ejemplo el aumento descabellado del
precio de la luz des de la reforma del verano pasado de los tramos eléctricos.
El gobierno supuestamente más progresista de la historia (probablemente la
mayor mentira que se ha contado en España desde el “Fue ETA” de Aznar y el
Mundo sobre el 11-M), no sólo no va a hacer absolutamente nada por solucionar
este tema sino que es cómplice de él y JAMÁS, repito, JAMÁS, va a proponer un
cambio legislativo del mercado eléctrico para evitar que las tres eléctricas se
enriquezcan mientras el resto de trabajadores, pymes e incluso algunas grandes
empresas se vayan a pique por este asunto.
Antes mencionaba el penúltimo, pero el último ejemplo de que
el gobierno está vendido al capital es el aumento, de nuevo, del precio de los
carburantes, y la consecuente huelga de transportistas, que afecta no sólo a
estos trabajadores sino a todo el país. Pedro Sánchez ha comentido un error
garrafal al menospreciar este problema, igual que a Rubalcaba (porque Zapatero
en esa época ya ni controlaba su partido) le estalló el 15-M en la cara y dio
alas al PP de Rajoy. Que se cuide mucho Sánchez de cometer este tipo de
errores, y que los corrija con celeridad, porque Feijóo no es Casado, a pesar
de que suelte salvajadas estilo VOX como que matar a los hijos de tu pareja no
es violencia de género.
Hasta ahora el “Manual de supervivencia” que le ha servido
hasta hoy puede necesitar una actualización en una situación inesperada de
Guerra en Ucrania, revuelta de transportistas y un jefe nuevo de la oposición.
El final de la carrera del actual presidente puede estar cerca si menosprecia a
los problemas de la ciudadanía.