dissabte, 31 de març del 2018

Luchas entre izquierdas

Existe un grave problema en la izquierda española, nos cuesta mucho colaborar. Vemos rivales por todas partes y tenemos la absurda concepción de que unas luchas ocultan o ningunean a otras. Y lo más absurdo, que lo hacen a propósito para destacar más. Hemos visto miles de ejemplos a lo largo de la historia que han terminado en el tópico de que la izquierda siempre pierde pq está dividida, lo que electoralmente es cierto, por desgracia.
En Madrid lo viví durante años cuando (entre 2011 y 2016) desde algunas luchas se miraba con desdén el independentismo y se negaba que fuera realmente un movimiento social y el gran argumento para discutir el tema fuera "Los Pujol". De una tajada, sin tener ni puta idea del tema, se usaba el celebérrimo entrecomillado para desprestigiar la lucha por una república, cuando eso jamás ha sido excluyente de luchar por conseguir otra.
Porque, créanme amigos, que el querer luchar, no por una, sino por dos repúblicas no son luchas que se anulen la una a la otra. Del mismo modo que no es excluyente luchar por las derechos de las mujeres o de la Educación o la Sanidad Públicas. Las famosas mareas del 15-M precisamente ponían en valor el luchar de forma conjunta con objetivos particulares, pero con una idea social muy similar.
Para algunos, el querer una república en Cataluña no es lícito, porque en el fondo rompe el marco mental creado en el 78 y que, a pesar de que se le critica, jamás se hace realmente nada para romperlo. Cuando algunos se han propuesto realmente acabar con ese régimen, se les persigue judicialmente, se les encarcela preventivamente o tienen que exiliarse.
Y cuando individuos como José Luis Ábalos, del PE (el supuesto PSOE) les llama cobardes, filo-etarras o Kale Borroca con un tono, un argumentario y una locución como la del NO-DO, lo único que hacen es demostrar que realmente hace décadas que han perdido su esencia. Una simple muleta del Ciudadanismo nuevo y del PP más rancio.
Pero volviendo a las izquierdas, quiero creer que un día volverán a actuar conjuntamente, quiero creer que dejarán de mirarse con recelo y quiero creer que algún día estarán más preocupadas de conseguir sus objetivos que de imponer sus marcas partidistas por encima del resto. Igual, ese día, intentarán hacer algo por conseguir realmente una república, como ha hecho el independentismo. Y ojalá, en un futuro no muy lejano, existan dos repúblicas, una catalana y años más tarde, una española.

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