diumenge, 27 de juliol del 2014

La confesión de Pujol

Escribir sobre el hombre que ha representado la figura de "El President" como nadie y que ha construido buena parte de la Catalunya que conocemos hoy en día merece una reflexión más profunda de la que hemos visto últimamente. El impacto que ha tenido su confesión en la sociedad catalana y española ha sido muy grande. Las noticias publicadas, por ejemplo en El Mundo o en El Confidencial, destacan este aspecto y han desatado un sinfín de reacciones políticas y periodísticas sin precedentes. Uno de los periodistas de La Vanguardia más cercanos a CiU y al 'President' Pujol, Francesc Marc Álvaro, ha escrito un extenso artículo, que os recomiendo leer, sobre el hombre que se escondía tras el cargo y la relación que tenía con su familia. Las reacciones políticas a la noticia han sido inmediatas y contundentes, pidiendo explicaciones a Pujol y su familia sobre la confesión de ocultación de dinero al fisco en paraísos fiscales, los más suaves, y pidiendo que dimita de sus cargos y abandone todas sus prebendas, los más afanados. La sensación que se le queda a uno al leerlas, a pesar de no ser de CiU y de no haberles votado nunca, es la de una jauría de hienas (dicho con todo el respeto) despedazando el cadáver político de un hombre que hasta su confesión, había sido intocable para todos ellos. Más de 30 años esperando dan para mucha hambre atrasada, imagino. En todo caso, más de un político de cierto partido debiera contener un poco ese afán, vistos los casos de corrupción y los imputados de su propio partido. 

En cuanto al hecho en sí, la confesión, se ha especulado en informativos y en debates que podría ser una jugada de Jordi Pujol para ocultar otros casos de corrupción de su familia, sabiendo que a su edad no va a entrar en prisión y, de esa forma, matar dos pájaros de un tiro, al librarse de un castigo legal (más allá del castigo público y mediático que ya está sufriendo). Lo que permanece es también la sospecha, de la que no tengo ninguna prueba, de que Jordi Pujol organizó una trama de corrupción política en la cual se llevaba el 3% de todas las adjudicaciones que llevó a cabo la Generalitat en los 20 años que estuvo al cargo de la misma. Con esta confesión, Pujol teóricamente se libraría de esa acusación afirmando que el dinero provenía de una herencia no declarada en estos 30 años y ocultada en paraísos fiscales. Esa es la trama a la que se refería Pascual Maragall cuando asombró al Parlament con sus conocidas declaraciones sobre "el 3%", aunque siempre he considerado que lo sorprendente del tema no fue la acusación, sino que todos supieran a qué se estaba refiriendo el entonces President de la Generalitat socialista. Esa sensación de que Omertá, de silencio implícito, que hasta la acusación de Maragall nadie se había atrevido a verbalizar, dada la trascendencia y la importancia de Jordi Pujol en la sociedad catalana. 

Todo esto me ha hecho recordar una anécdota con un amigo mío muy convergent, a quien provoqué un gran enfado cuando sugerí que la lógica más pura me llevaba a pensar que era imposible que un político que lleva 20 años en el poder no hubiera estado implicado en un solo caso de corrupción política. Al principio creí que se enfadaba por estar atacando al President Pujol, pero más tarde sus ojos me revelaron que fue más bien el hecho de que no había querido darse cuenta del tema durante todos estos años, lo que le enfadó. Del mismo modo que a muchas personas de izquierdas les sentó como una patada en el estómago el docufake de Jordi Évole "Operación Palace", a mi amigo lo que le fastidió, creo, fue el hecho de despertarse de la ensoñación en la que había dormido 20 años. En ambos casos se atacó a quien despertó a todos de esa ensoñación, en lugar de a las personas que se la hicieron creer. 


Eso ocurrió en 2006, en pleno debate del Estatut, una época pésimamente gestionada por la política española que ha provocado el estado de ánimo actual en Cataluña. Hoy en día vivimos una situación análoga, en la que es notorio y poco casual que aparezcan este tipo de informaciones, en plena efervescencia del independentismo catalán, que algunos, muy ofendidos y usando lenguaje de guerra, describen como el "desafío secesionista". Y con una clara estrategia prebélica, se ha encendido el ventilador para que aparezcan este tipo de informaciones, a menos de una semana de la celebérrima reunión entre los Presidentes Rajoy y Mas. No es necesario ser un conspiranoico para darse cuenta de que las casualidades no existen, y menos cuando hablamos de política estatal. 

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