diumenge, 16 de gener del 2011

Violencia política


En los últimos días nos hemos despertado con pésimas noticias que relacionan política y violencia. Empezó todo con la matanza de Tucson (Arizona, el estado que promovió una ley racista contra los inmigrantes). La congresista demócrata Gabrielle Giffords (a quien vemos en la foto) fue tiroteada por un ser perturbado que felizmente no consiguió matarla pero que acabó con la vida de seis personas (incluido un juez pro-inmigrantes latinos). A este hecho despreciable se le ha relacionado con el llamado "Tea Party", una facción ultraderechista y conservadora del ya de por sí conservador Partido Republicano. Sobre este tema se ha hablado en clave de comunicación política, que en los últimos tiempos ha bajado mucho su nivel en EE.UU. Tanto Carlos Chirinos, para BBC Mundo, como Informe Semanal, en TVE, han puesto el dedo en la llaga (aunque acertadamente, nuestra amiga Sara Sánchez apuntaba en Facebook que precisamente en el reportaje de Informe Semanal faltaría un experto en comunicación política, lo cual es un fallo, ya que la comunicación política es casi el tema principal del reportaje que he linkeado). El discurso radicalizado de Sarah Palin (cabeza visible del Tea Party) ha llevado creen muchos a un claro empobrecimiento de la tradicional elegancia y respeto por el oponente en la política de EE.UU. Aunque si leemos el libro sobre el escándalo del Watergate de Bernstein y Woodward comprendemos que ese respeto es sólo cara al público, pero es un "cara al público" necesario que ha dado durante muchos años dignidad y legitimidad a sus políticos. En España, esto ya no pasa desde la llegada de Aznar, que abrió la puerta al "todo vale" para llegar a la Moncloa... o donde sea.


La 'armada y peligrosa' Sarah Palin -->
De hecho, como suele ocurrir siempre en estos casos, el discurso de Sarah Palin ha supuesto siempre un reflejo de su propia persona, es decir, discursos vacíos para una persona no sólo inexperta sino carente de recursos políticos. Como dice el dicho catalán "d'on no n'hi ha, no en raja", es decir, "no pidamos peras al olmo" o "de donde no hay, nada se puede sacar". Obama, por otra parte, ha sabido aprovechar este desgraciado incidente a su favor precisamente no aprovechándose de él. Esta jugada, claramente spindoctoral, le da fuerzas ante el descenso de popularidad que se venía produciendo y pone, nunca mejor dicho, 'en el punto de mira' a las radicales estrategias Tea Party, tan proclive al enaltecimiento de las armas. Algunos analistas de izquierda ya pronostican el fin de la carrera de Sarah Palin hacia la Casa Blanca. Aunque este incidente es grave, me parece aventurado tal análisis. El Tea Party viene siendo auspiciado por la FOX y no creo que la radicalidad de esta cadena descienda, por muy grave que sea el incidente ocurrido. Quizá la cadena busque alguna alternativa, pero no cambiará de candidato hasta que no lo haya encontrado una opción más que segura. Se ha invertido mucho en Palin y dejarla así como así va a costar. Además, casi todo es reversible en el maravilloso mundo de la comunicación política.


<-- La "otra" Ana Botella, nueva delegada del Gobierno de la Comunidad Valenciana.
En la península ibérica, este tipo de política hace mucho que la conocemos. Como comentaba antes, hace años que el PP se ha subido al barco del "todo vale" y ha encauzado la ruta del "NO a todo" contra el Gobierno. El último ejemplo es la utilización que Rajoy y su tropa han hecho de la agresión a un consejero del gobierno murciano (el sobrinísimo del presidente de la CC.AA.). No se les ha ocurrido otra cosa que acusar a Interior de pasividad ante el "acoso" al gobierno murciano. Como si Rubalcaba tuviera la culpa de que dos energúmenos le den una paliza a un político del PP. La absurdidad hecha declaración política. Puedo entender que el PP quiera desgastar a Rubalcaba, el candidatísimo a suceder a Zapatero, pero acusarle de esto es, como la mayoría de acusaciones del PP, injusto y desproporcionado. Deberíamos todos, sobretodo los políticos de TODOS los partidos, tomar nota de la nueva delegada del Gobierno en Valencia, Ana Botella (nada que ver con la mujer de Aznar), quien en esta entrevista apuesta por el diálogo y el reconocimiento de errores, en lugar de por la confrontación política y el seguir un camino por muy equivocado que este sea. Faltan más políticos como ella en el PSOE, en el PP y en todo el espectro político de un país lleno de radicales partidistas como Aznar, quien opta por desprestigiar al país que presidió para conseguir que "los suyos" vuelvan al poder.

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