Con un vaso de mi bebida imperialista yankee preferida, reflexiono sobre lo que me ha rondado por la cabeza últimamente. La verdad es que no ha sido mucho, porque ha habido mucho trabajo por hacer, un proyecto de doctorado que terminar (aunque vamos avanzando poco a poco, llegaremos a tiempo), un papi a quien cuidar y mucho fútbol por ver. Porque parece que a todos les importa tres cominos que haya o no haya crisis gracias al Mundial. Bendito sea este mes de alivio mental.
Pero en las últimas semanas me ha preocupado ver polémicas absurdas en los medios y en los ayuntamientos sobre el velo islámico (curioso, jamás dijeron nada sobre los hábitos monjiles). Y digo absurdos porque son, simplemente, electorales. Se acercan las Autonómicas catalanas y después las municipales en todo el país y los alcaldes necesitan algo que vender a su electorado. Como se acabaron las vacas gordas, las recalificaciones y el plan E, no pueden regalarnos los oídos con mejoras en el pueblo. Así que toca vender miedo, odio a la inmigración y racismo. Pocas cosas son más efectivas que una buena dosis de racismo cuando hay mucho paro. No dudéis que CiU y el PP lo utilizarán en sus campañas electorales (todas), ya han promovido una petición en el Senado para prohibir el velo. Todo empezó, para quien no lo sepa, con las propuestas de un partido racista (al que no mencionaré porque no lo merece) de Vic, en el centro de Catalunya. Promovieron que no se empadronara a los inmigrantes sin papeles y CiU, para no perder votos, les apoyaron (por acción o inacción). A partir de ahí, varios ayuntamientos en Madrid imitaron la postura del ayuntamiento de Vic y nació, de la manera más tonta, la pre-campaña electoral racista de las Municipales. Luego vino la polémica de una niña a quien prohibieron llevar el velo en un colegio de la Comunidad de Madrid y que, por cierto, ha tenido que cambiar de centro educativo por esta polémica absurda que todos los partidos políticos han querido aprovechar. De nuevo un debate absurdo sobre velo o no velo, con peticiones de que se prohíba. Espero que, si se aprueba la ley que han planteado CiU y el PP en el Senado se prohiba también a las monjas llevar sus hábitos en los centros públicos. Y por favor, que alguien me argumente que en el catolicismo no se denigra a la mujer tanto como en la cultura musulmana, porque me voy a reír durante horas.
Me exasperan estas tonterías y considero tan estúpido que unos me digan que tengo que llevar una prenda de ropa por ser de una religión como que otros me prohíban llevarla en lugares públicos, sobretodo si es una niña quien está en medio. Por esta razón el otro día creé un grupo de Facebook --> "Protesta contra la religión, DESNÚDATE!". Sí amig@s, os animo a practicar la desnudez como protesta contra aquellos que quieren imponernos una prenda de vestir y contra aquellos que quieren prohibirnos llevarla, si nos apetece. Sé que es una tontería como cualquier otra, pero creo que la mejor forma de protestar contra lo absurdo es siendo precisamente eso, ABSURDO!
Más en serio, quiero agradecer públicamente la labor que hace desinteresadamente mi amiga Leni Artiles desde su página de Facebook o también el grupo "Asociación Peludos en Apuros", que buscan gente que quiera adoptar a animales sin hogar y que denuncian el maltrato animal. Os recomiendo que les busquéis en Facebook y les agregueis a vuestros amigos porque estaréis ayudando a muchos "peludos en apuros". A ver si encontramos más como ellos y menos racistas en la política.
Siempre es triste que haya racistas entre nuestros políticos, aunque los peores son los racistas que no tienen convicción, sino los que lo son "por un puñado de votos". Los que con sus actos fomentan y dan alas a actitudes xenófobas para recaudar cuatro votos en las próximas elecciones. A pesar de todo, GRACIAS, por hacerlo de forma tan descarada para que todos puedan ver de qué calaña sois.