Viñeta de @ferranmartin |
Mapa de resultados de las poblaciones catalanas. |
Es obvio que se puede elogiar los resultados de Cs y la CUP, que son quienes más suben en estas elecciones. También hay que mencionar los bailes de Iceta, que a pesar de no presentar ninguna idea le han mantenido en los telediarios, por tanto, en la mente de los votantes (lo cual dice mucho del ser humano). Es innegable que CSQP y PP no han entendido de qué va el tema. Los primeros han planteado una campaña errónea, con un mal candidato como Rabell, que ni es joven ni da la imágen ideal para el partido a quien representa, o con sonoras salidas de tono de Pablo Iglesias, creyendo que estaban en los 80 o 90 y que podrían aspirar al cinturón de Barcelona cuando el partido que se jugaba es otro muy distinto (curioso, viniendo de uno de los partidos de la "nueva política"). Por su parte, el PP, azote de todo lo que significa ser catalanista en las últimas décadas, ha pagado muy cara su durísima campaña del miedo y apostar por un candidato tan alto como xenófobo como García Albiol, que esperaba limpiar Cataluña y a quien le han acabado limpiándo la cara. Errores y actitudes así, se pagan caros. El PP no sólo no ha podido neutralizar el crecimiento de Ciudadanos, sino que ha perdido 8 escaños, se ha quedado como penúltima fuerza electoral y sólo supera en un escaño a un partido a quienes ellos consideran como "radicales". Deberían pensar en quien hace realmente el discurso más radical en Cataluña.
Es igual, pero no es lo mismo
Lo cierto es que interpretaciones y cábalas aparte, hay que valorar qué futuro le espera a Cataluña internamente y en sus relaciones con el resto de España. Lo cierto es que estos resultados no son suficientemente fuertes como para que el lunes 28 se declare uniteralmente la independencia, pero tampoco como para que todo siga igual. En el Parlament catalán ahora hay una mayoría absoluta de partidos independentistas, hecho que no había pasado jamás. Lo lea quien lo lea eso es una victoria para estos partidos. Además, que Junts pel Sí no tenga mayoría absoluta significa que la coalición va a tener una gran dependencia de la CUP, de quien necesitará 6 diputados. Eso, a pesar de lo que digan las tertulias y los titulares de la prensa del lunes, no sólo no detendrá el Procés, sino que posiblemente lo acelere. Para empezar porque han afirmado ya que no van a votar a Artur Mas en el proceso de investidura. La CUP, que es un partido ciudadano con casi tres de décadas de existencia, apuesta por la independencia y, como ha dicho el propio Antonio Baños, está más preocupado por el proceso que por quien gobernará la Generalitat. Por tanto, le guste a quien le guste, el proceso va a seguir.
Lo cierto es que interpretaciones y cábalas aparte, hay que valorar qué futuro le espera a Cataluña internamente y en sus relaciones con el resto de España. Lo cierto es que estos resultados no son suficientemente fuertes como para que el lunes 28 se declare uniteralmente la independencia, pero tampoco como para que todo siga igual. En el Parlament catalán ahora hay una mayoría absoluta de partidos independentistas, hecho que no había pasado jamás. Lo lea quien lo lea eso es una victoria para estos partidos. Además, que Junts pel Sí no tenga mayoría absoluta significa que la coalición va a tener una gran dependencia de la CUP, de quien necesitará 6 diputados. Eso, a pesar de lo que digan las tertulias y los titulares de la prensa del lunes, no sólo no detendrá el Procés, sino que posiblemente lo acelere. Para empezar porque han afirmado ya que no van a votar a Artur Mas en el proceso de investidura. La CUP, que es un partido ciudadano con casi tres de décadas de existencia, apuesta por la independencia y, como ha dicho el propio Antonio Baños, está más preocupado por el proceso que por quien gobernará la Generalitat. Por tanto, le guste a quien le guste, el proceso va a seguir.
Mapa de resultados de las comarcas catalanas. |
No quiero dejar de destacar la histórica participación del 77,46% de los votos (y más tratándose de unas elecciones autonómicas), difícilmente repetible en próximos comicios y elogiable en cualquiera de los sentidos. En resumen, creo que la situación del independentismo en Catalunya no sólo no se detiene, ni se acelera con un turbo, sino que se mantiene a la velocidad actual. La situación política, tras estas elecciones, va a cambiar muy poco. La actitud del resto de españoles respecto a los catalanes desde luego no va a cambiar, pero la actitud de los catalanes respecto a España sí ha cambiado comparándola con décadas atrás, han perdido el miedo. Y eso no es algo que desaparezca de un día para el otro. Los movilizados van a seguir movilizados y no hay campaña del terror bancario ni difamaciones gubernamentales que lo puedan evitar. Todo sigue igual, pero en cambio nada es lo mismo.
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