Una de las cosas buenas de la manifestación ultraderechista de mañana son las fotografías. Reunido todo el fascismo patrio, sin caretas en Colón, como quien se manifiesta en la Plaza de Oriente, pero a cara descubierta. No será la primera vez, pero da argumentos para décadas.
El PSC se manifestó antes con PP, Cs y manifestantes de ultraderecha en Barcelona varias veces en 2017, pero como era por la unidad de España, todo correcto. Ayer esos partidos de derecha manda un comunicado criticando quienes son sus votantes "antidemócrtas". Muy paradójico todo.
Ayer el PSOE, enfrentado contra sí mismo, decide romper el diálogo, más por sus disesiones internas y por evitar que los suyos vayan a la mani de mañana que por lo que digan los indepes. El silencio de Borrell sobre la mani en las últimas 24h ha sido fascinante.
Y hace un par de días, los "intelectuales" de semi-izquierda han añadido presion a Sánchez y poniendo el grito en el cielo por un "relator". El peligro no es que se dialogue, sino que se les rompe su querida España. Si hay que comprar tesis de la ultraderecha, se compran, claro.
Porque la izquierda española prefiere vivir en un sistema creado por un estado franquista moribundo que arriesgarse a crear uno propio, republicano, donde haya una separación de poderes real y en el que las élites nacionales pierdan parte de su poder. Parte. Todo muy lógico.
Y mañana, todos a Colón. Ya sea in person para sacar pecho fascista o para criticarles desde las redes. Pero todos poniéndoles el foco. Yo personalmente me iré al cine, "a ver qué echan". Ignorarles es lo mejor que podemos hacer. Sean felices.
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