En las últimas semanas vemos a partidos nuevos y viejos dándolo todo para las elecciones municipales y autonómicas. Se esfuerzan en llegar, en ser escuchados, en proponer medidas (eso sí, con la mayor de las cautelas) y en conseguir, en definitiva, el voto del votante medio. Ha cambiado tan claramente el paradigma de la política española desde las elecciones europeas que ya no tenemos excusa para no ir a votar. Yo mismo era abstencionista convencido en mis primeros años, en los que no confiaba en ninguno de los partidos del régimen del 78, igual que sigo sin confiar en ellos, y tampoco me entusiasmaban los partidos minoritarios que, sin el apoyo de las redes sociales, apenas tenían relevancia mediática. Ello me llevaba irremediablemente a no votar voluntariamente a ninguno de ellos.
Pero como decía, hoy ya no tenemos excusa. Hoy existen partidos grandes, pequeños, medianos, de formación clásica, auspiciados por la ciudadanía, por la banca, renovadores, transformadores, inmovilizas... todos con posibilidad de hacerse visibles, sino en radio o Tv, sí en redes sociales, por lo que sus medidas pueden llegar al ciudadano y se puede ejercer sobre todos ellos una labor de seguimiento y control. Hoy, con la gran cantidad de partidos con posibilidades de gobernar que hay, quien no vota es porque no le interesa la política.
Para poner un ejemplo un poco cómico, una amiga de una ciudad castellana me comentó ayer que la habían convencido para presentarse a las elecciones. Al preguntarle por el abanico de partidos de su pueblo me dijo "pues mira, se presentan PP, PSOE, una facción del PP que se presenta con Ciudadanos, una facción del PSOE que se presenta por UPyD, los independientes de toda la vida (que tienen el apoyo de un alcalde socialista de toda la vida), IU que va en coalición con Podemos (que es sobrino de la candidatura independiente), la líder de UPyD local, que no sabemos si se presenta o no porque acaba de dimitir el candidato que tenían para la capital, y un candidato que ha creado un partido propio para (dicho por él) "velar por mis negocios". Vamos, un circo de siete pistas.
Pero ejemplos esperpénticos aparte, este es un circo en el que la abstención pierde todo el sentido. Quien solía decir la frase de que "son siempre los mismos", quien argumentaba que "no hay partidos nuevos con capacidad de ganar", quien había perdido la fe en la política, en esta ocasión no tiene excusa para no votar. Hoy, en un panorama en el que nuevos y viejos partidos pueden competir casi casi en igualdad de condiciones, hay que decidirse a tomar las riendas de nuestra vida política, ser adultos y dar nuestro voto a quienes consideremos. Como dice el tópico "si tú no haces política, otros la harán por ti" y no para velar por tus intereses, precisamente. Si hay un momento para decidirse y votar este es ahora, porque los próximos cuatro años están en nuestras manos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada