Hoy se ha votado la abdicación real y ha reflejado un cambio muy importante respecto a la votación de 1978. Está claro que la sociedad ha evolucionado y ha cambiado y ello lo hemos visto en la oposición al bipartidismo, que se ha expresado claramente su voluntad de que se escuche al pueblo. La mayoría de los partidos han mostrado, cada uno con sus particularidades, colores y matices, su frontal oposición a una postura unitaria del Partido Popular y el PSOE. Unos han reclamado un referéndum, otros han criticado que no se les incluyera en la decisión, como sí se hizo en el 78, otros han mostrado su voluntad de escuchar al pueblo sin necesidad de modificar la Constitución... en definitiva, lo que se ha escenificado hoy ha sido ni más ni menos que la soledad del bipartidismo (o el monopartidismo, como lo califican algunos) en un asunto de Estado que se ha intentado tramitar rápido y mal, y que muy probablemente tenga consecuencias en un futuro próximo.
El Congreso de los Diputados. |
Estas jugadas, a la larga, suelen salir mal, ya que anteriormente existía el miedo al franquismo, pero en una sociedad 15Mizada, adulta, despierta del letargo de la Transición y consciente de sus derechos, es complicado que Felipe VI dure mucho tiempo en su cargo. El debate de la República va a seguir en el día a día, sobre todo teniendo en cuenta la aportación que las redes sociales tienen en este sentido, de forma constante. En 1978, con una prensa tradicional tan unida como hoy a favor del Rey y con el constante peligro de golpes de Estado militares, la población votó un sí mayoritario a esta monarquía heredada de Franco. Hoy, no nos permiten ni votar. Felipe VI podría haber salido muy reforzado de haber ganado un referéndum, pero las prisas y los trámites de urgencia han puesto en evidencia a una clase política, a un futuro monarca y a su evidente falta de cultura democrática.
Además, el chiringuito borbónico acabará con el PSOE en el proceso, ya que la incoherencia se paga cara. Rubalcaba hoy defendiendo la monarquía, cuando meses atrás se declaró republicano, hablando de la "responsabilidad de Estado", cuando se trata en realidad de la permanencia de una familia en la jefatura del mismo y mantener o revitalizar el moribundo espíritu de la Transición. Un partido que es en sus estatutos republicano votará a favor de un monarca, anteponiendo la estabilidad de un sistema muy poco democrático a sus propios estatutos. Los propios miembros del PSOE viven en la contradicción de quienes se definen como "Monárquicos republicanos", que es mucho más claro y evidente que aquello de "juancarlistas", que quedó desactualizado.
A pesar de todo, de la escenificación, del cambio social, de las reclamaciones de referéndum, lo ocurrido hoy en el parlamento ha sido un trámite. El PPSOE ha votado a favor y la abdicación es ya un hecho. Alfred Bosch, de ERC, aparte de sus muchas referencias a Cataluña (con las que podéis estar más o menos de acuerdo), ha dicho hoy en el Parlamento una frase palmaria: "Los pueblos no se heredan". En España sí, por lo visto.
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